-Eso ya lo se -trataba de parecer sereno-.Perdónanos, ha sido todo culpa nuestra, pero es que mi mujer es como una niña pequeña. Le gusta jugar a juegos crueles.
-Culpa vuestra desde luego, mas que culpa, es una cabronada, vamos lo que hacéis.....-nos miraba con curiosidad, me parecía enfadada, el corrillo se disolvía ya, decepcionado-.

No hay comentarios:
Publicar un comentario