El solo contacto con su lengua repercutió en todo mi cuerpo, mi espalda se estremeció, y mi cerebro sucumbió a un emoción aun mas violenta. El es la razón de mi vida, eso fue lo que pensé. Parecía una estupidez, pero en aquel momento fue un pensamiento grave, solemne, y algo mas, porque aquella noche mientras EL me besaba y me mecía en sus brazos, era también la verdad, la verdad pura y simple, el era la única razón en mi vida.
sábado, 5 de junio de 2010
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